Recibe asesoramiento y resuelve todas tus dudas sobre sistemas técnicas a la hora de ir al dentista con Elena Vadillo Rezola psicóloga y gerente de la clínica Aldaz.

Tus preguntas

1. Me cuesta ir al dentista, aunque solo sea para un empaste. ¿Qué me aconsejan para sobrellevar el día que me tenga que poner un implante de tres piezas?

Es muy importante el manejo de la información. En su caso, sería conveniente antes del día de la intervención organizar una cita con la persona de referencia (profesional que le va a tratar) en la que le traslade todas sus dudas y sus miedos abiertamente. Ese profesional le explicará todo el proceso y le dotará de herramientas de control que podrá utilizar en el sillón, en base a los estímulos que le causan estrés, como levantar la mano para interrumpir la sesión si se necesita un descanso, llevar auriculares, o conocer el material y el lugar donde se le va a tratar, entre otras. El objetivo de esta cita informativa es minimizar la incertidumbre que provoca que se imaginen situaciones con poca base veraz y que llevan a desarrollar resistencia a la hora de acudir al dentista. Las técnicas de relajación, respiración, pensamiento dirigido, meditación… antes y durante el tratamiento son muy útiles para reestructurar la percepción y lograr una asociación positiva con respecto a la consulta.

2. Mi hija tiene 6 años y empieza con las revisiones del PADI. No sé cómo va a reaccionar, pero tengo entendido que es bastante común el miedo de los niños al dentista. ¿Qué me aconsejan? ¿Cuál es el momento más delicado para los niños?

El miedo es una emoción adaptativa que nos previene de posibles situaciones de peligro. Existe un miedo innato que traemos de serie y un miedo aprendido que es cultural. Es primordial llevar a los niños a edades tempranas a revisiones odontológicas para que las asimilen con normalidad, como a cualquier otro profesional de la salud. En respuesta a la pregunta, en la consulta del dentista el momento más delicado para el niño es cuando ya en el gabinete, se le inclina para hacer la revisión y debe abrir la boca y exponer la cavidad oral que es extremadamente sensible. Para transmitir tranquilidad y que no aprendan a tener miedo al dentista, es importante hablar con naturalidad, siendo positivos, de la que será su visita a consulta. Explicar a dónde va a ir y para qué, que esté familiarizado/a con la higiene dental, los cepillos, la pasta…. Nunca predisponer con palabras que puedan asustarle como pinchazo, daño, etc… Es decir, es importante fomentar la educación dental.

3. Tienen que quitarme unas piezas y ponerme implantes porque tengo el nervio muy debilitado. Me da pavor la extracción… Además de anestesia, ¿puedo pedir al dentista que me de algún tranquilizante?

Las extracciones son los tratamientos odontológicos que más rechazo provocan en los pacientes; además del acto quirúrgico en sí y los problemas de masticación derivados de la ausencia de piezas, genera malestar psicológico, pues puede incidir en la autoestima por su componente estético y en la autoconfianza, e impedir una correcta interacción social al no sonreír con naturalidad. Para realizar este procedimiento, lo ideal es que el paciente sea consciente de lo que está ocurriendo y pueda atender de modo correcto y colaborador a las indicaciones del profesional, todo ello sin ayuda medicamentosa. Si por su grado de ansiedad, después de acordar con el especialista cómo va a ser la sesión y las pautas a seguir, siente incapacidad para tratarse, en consenso con su doctor y si éste lo considera indicado, se organizará el tratamiento relajante, farmacológico o no, más adecuado para su caso.

 4. Hola, tengo un niño de 6 años y el día que le tumben en la camilla, vea todos los utensilios y le pongan la inyección de anestesia (que suele molestar), no va a estar quieto ni un segundo. ¿Qué medidas soléis adoptar en ese momento?

Con independencia del tipo de tratamiento, la consulta dental puede suponer una experiencia traumática tanto para el niño/a como para su familia y suele expresar estrés, miedo a lo desconocido, al dolor… A su vez los padres y madres temen el posible sufrimiento de sus hijos y se entra en una relación circular que se nutre de ambos y que no resulta óptima para enfrentar la visita al dentista. Es importante que tanto en casa como en su entorno se trate la visita al dentista con normalidad, explicando con palabras que comprenda a dónde va y para qué. A esa edad su capacidad de comprensión ya elabora causa/efecto y expresa emociones, y es ahí donde hay que incidir. Una buena herramienta es el juego; existen en el mercado infinidad de juegos en diferentes formatos que acercan a los niños al tratamiento dental. Por otro lado, no siempre es necesaria la anestesia para realizar un tratamiento odontológico, no obstante, en las visitas se trata de no exponer el material para minimizar una negativa al tratamiento. Si con las pautas descritas en la primera visita por su odontólogo/a, el pequeño o pequeña no colabora (llora, grita…etc.) no se le trata, pues es contraproducente y podemos conseguir exactamente lo contrario a lo que buscamos: una asociación psicológica negativa a la consulta del dentista. En ese caso, organizamos otra visita después de coordinar con los responsables legales cómo va a ser y las indicaciones a seguir, antes y después del tratamiento, que pueden variar según el paciente.

5.  Mi madre sufre demencia y me da pánico llevarle al dentista. ¿Qué se suele hacer en estos casos?

La demencia cursa con diferentes fases, debemos saber en qué fase se encuentra su madre; si puede acudir a consulta, si atiende órdenes, si se deja tratar, si debe ser atendida acompañada… En definitiva, es preciso saber en qué punto se encuentra y actuar según su estado. En casos de demencia severa o avanzada, cabe la posibilidad de que no podamos atender al paciente de manera ambulatoria y se tengan que valorar otros recursos para poder aplicar los tratamientos como la anestesia general.

6. Hace un par de años que me quitaron las muelas del juicio. Lo pase muy mal en los días posteriores, y ahora cada vez que vuelvo al dentista pienso que me van a volver a quitar las muelas del juicio y voy a tener que pasar por lo mismo. ¿Qué puede hacer para superar este «trauma»?

La ansiedad anticipatoria derivada de una experiencia traumática genera emociones negativas en cuanto a la consulta del dentista: el estrés y el miedo. Es conveniente minimizar el nivel de estrés psicológico mediante profilaxis quirúrgica. Es decir, planificar estrategias previas a la intervención teniendo en cuenta las características subjetivas de la persona a tratar. Se trata de una técnica focalizada y breve que hace posible que el paciente se enfrente al tratamiento de la manera más adecuada, le facilitamos que se exprese verbalmente y le enseñamos el proceso ayudando así a atenuar el efecto traumático. La comunicación e información, siempre basada en el caso particular, dará herramientas al paciente para afrontar de manera satisfactoria el tratamiento. En ocasiones, si el caso lo requiere, debemos planificar con antelación las sesiones anteriores a la intervención: información, acercamiento, técnicas de relajación y tratamiento, para preparar psicológicamente al paciente.

7. Hola. ¿Cómo se puede paliar el miedo de la gente a ir al dentista unido a la ansiedad de las personas para poder pagar las facturas de un implante, ortodoncia etc.?

Antes de aceptar, organizar y acudir a un tratamiento que nos va a generar algún tipo de estrés, el diálogo es de vital importancia. Para ello, la orientación sobre el caso, la metodología que se va a utilizar, toda la información económica referente al mismo, juegan un papel importante sobre la percepción de control del paciente, reduciendo la ansiedad que provoca la desinformación.

8. Hace un tiempo me detectaron una caries y lo que pensaba que era un empaste acabó en una endodoncia. Tuve varios días muy sensible la zona, con mucho dolor y ahora estoy asustada por si me vuelve a ocurrir lo mismo. ¿Es habitual que una caries acabe con una endodoncia? ¿Cada cuánto me aconsejan revisiones?

En ocasiones sí; puede deberse entre otras causas al tamaño de la caries y si ésta compromete el nervio. No debe asustarse por si vuelve a ocurrir, ya que, si bien es verdad que es incómodo para el paciente, en un altísimo porcentaje, el tratamiento endodóntico resulta exitoso para la conservación de la pieza dental. Es una solución óptima. Por otra parte, los profesionales recomiendan revisiones semestrales, no obstante, se diseña una hoja de ruta para cada caso en particular; su odontólogo/a consensuará con usted, y en base a sus necesidades orales, la periodicidad de las revisiones dentales preventivas.

9. Cada vez que acudo a una revisión o una limpieza me hacen una radiografía, y este tema hace que alargue la visita al dentista, ya que el tema de la radiación me da miedo. ¿Es necesario realizar radiografías todos los años?

No, aunque las pruebas radiológicas ayudan a los profesionales a un correcto diagnóstico y ver la evolución de su estado oral, ya que revelan parte de la anatomía a la que no se alcanza en una revisión visual. Su doctor le aconsejará si precisa una radiografía, pero es el paciente en última instancia quien decide si se la realiza o no. En cualquier caso, las radiografías no se practican de manera sistemática, sino en función de la necesidad del tratamiento o del seguimiento del mismo.

10. Tengo las encías muy sensibles y a la hora de hacer limpieza me suelen sangrar y doler mucho. ¿Puedo pedir que me pongan un anestésico para hacer la limpieza?

Sí, debe informar de su caso el día de la revisión para adecuar los tiempos de reserva de cita y si es preciso organizar el tratamiento en dos sesiones con el fin de anestesiar la boca por partes, evitando el exceso de anestesia y las horas posteriores incómodas para el paciente hasta que pasan los efectos de la misma.

11. Tengo problemas de mandíbula y lo paso fatal cuando acudo al dentista y tengo que estar mucho rato con la boca abierta, ¿Qué me aconsejan?

Los tratamientos odontológicos pueden organizarse de diferentes modos: seriados (varios tratamientos en una misma sesión) o individuales, incluso para un mismo tratamiento varias citas, reduciendo así los tiempos de visita evitando el cansancio del paciente. La cita con el odontólogo para que revise cuál es su capacidad de apertura y de tiempo es necesaria para organizar el mismo y que valore si precisa algún tratamiento médico/ farmacológico o fisioterapéutico que puede ayudar para este tipo de casos.

12. Me aterra que me pinchen en las encías o en la boca, ¿hay algún tipo de anestesia que nos sea con inyección? Tengo entendido que también hay un gel.

Para el miedo a las agujas funciona bien la ausencia de contacto visual con las mismas, para ello su profesional organizará la sesión conforme a esta particularidad. Para realizar según qué tratamiento odontológico es indispensable la anestesia inyectada y para minimizar la sensación dolorosa, se utilizan anestésicos locales muy eficaces para que la anestesia resulte prácticamente indolora. Informe a su odontólogo/a que pondrá los medios que precise.

13. Cuando estoy nervioso no puedo parar quieto y el hecho de no poder controlar mis movimientos en el sillón del dentista me genera mucha ansiedad por miedo a que esto me cause algún daño.

Para una intervención oral debemos seguir las pautas del odontólogo/a, por la precisión con la que se realizan los tratamientos y el instrumental que se utiliza. Es importante para según qué tratamientos permanecer quieto y así nos lo hacen saber durante la sesión. Si es el nerviosismo o estrés, consecuencia del miedo, es el que no le permite permanecer inmóvil, hay que aplicar profilaxis quirúrgica para bajar los niveles de estrés y controlar la reacción automática. Si con esta técnica no conseguimos ese resultado, podemos ayudarnos de la sedación consciente durante algunas sesiones, hasta que se consiga hacer una asociación positiva de confianza en el profesional y en uno mismo, derivando de la misma la pérdida del miedo al dentista.